viernes, 14 de enero de 2011

Si ya no me quieres, ¿Por qué me celas?



Cuando empiezas a conocer a nuevas amistades, compañeras y compañeros de trabajo, o cualquier persona que entra en tu medio, y tú en el de esa persona; genera posesión. Y sí esta no es bien manejada, puede generar “Celos”. Y pueden ser de cualquier clase, de trabajo, de pertenencia, de éxito, de amistad y de amor.

Regresando al trabajo, me encuentro con una persona que era la primera vez que íbamos a trabajar juntos; y pues, al parecer llegue a ocupar un lugar que ya se tenia ganado. Yo era el nuevo personaje central. Y no por muchos talentos; sino por ser el jarrito nuevo. Que bien decía mi abuela: "¡Jarrito nuevo donde te pongo!; Jarrito viejo ¿Dónde te pongo?"

No somos independientes del medio. En realidad, vivir es elegir las dependencias. Cuando tenemos celos intentamos establecer una relación de posesión con otro real o imaginario. Al no conseguirlo se produce en nosotros una herida, una carencia, un dolor. Y como no depende tanto de un análisis de la realidad, es posible hasta tener celos de alguien a quien ya no se ama, pero a quien te pueden quitar.

Y aunque esa persona para nada le importaba el lugar que defendía. Mas bien era algo así como “es mío y no puede ser de nadie mas”. Pero en la posesión de los celos se tiene el castigo. Rolana Barthes lo resume así: “Como celoso sufro cuatro veces. Por que soy celoso, por que me reprocho por serlo, por que temo que mis celos hieran a quien amo, y por que cedo a una trivialidad”.

¿Por qué si ya no quieres algo, lo sigues celando? Déjalo ir. Acuérdate que las cosas buenas siempre vienen delante. Bien diría Shakira, en su canción “Sale el Sol”: Mira que el miedo nos hizo/ Cometer estupideces/ Nos dejó sordos y ciegos/ Tantas veces/ Y un día después/ de la tormenta/ Cuándo menos piensas sale el sol/ De tanto sumar pierdes la cuenta/ Porque uno y uno no siempre son dos/ Cuándo menos piensas sale el sol/ Te lloré hasta el extremo/ De lo que era posible/ Cuándo creía que era invencible/ No hay mal que dure cien años/ Ni cuerpo que lo aguante/ Y lo mejor siempre espera adelante.


Sólo por hoy, me pregunto, si vale la pena Celar. De todos modos la persona se irá. Entonces por que contrariarse por eso. Mejor seria irse uno primero. Enfermar de amor en la soledad. Recuperarse del golpe y ver lo bueno que viene adelante. Una amiga de San Luis me compartió este pensamiento del aprendizaje que ambos hemos tenido del año que se fue. Araiz; gracias.

  • He aprendido que nadie es perfecto… hasta que no se enamora.
  • He aprendido que la vida es dura, pero… ¡yo lo soy más!
  • He aprendido que las oportunidades no se pierden nunca. Las que tu dejas marchar... ¡las aprovecha otra persona!
  • He aprendido que cuando siembras rencor y amargura, la felicidad se va a otra parte.
  • He aprendido que necesitaría usar siempre palabras buenas... porque mañana quizás se tienen que tragar.
  • He aprendido que una sonrisa es un modo económico para mejorar tu aspecto.
  • He aprendido que no puedo elegir como me siento... pero siempre puedo hacer algo.
  • He aprendido que todos quieren vivir en la cima de la montaña... pero toda la felicidad pasa, mientras la escalas.
  • He aprendido que...se necesita gozar del viaje y no pensar sólo en la meta.
  • He aprendido que es mejor dar consejos sólo en dos circunstancias... cuando son pedidos y cuando de ello depende la vida.
  • He aprendido que cuanto menos tiempo derrocho... más cosas hago.





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