La cortesía de ser falso

Leyendo un libro de cultura japonesa, me he dado cuenta, que ellos se tratan de una manera muy cortés; aunque sea falso. Qué quiero decir, que cuando se ven se dicen muchas cosas amables, para halagar a la otra persona. Aunque realmente sea falso todo lo que sienten y dicen. Pero lo hacen, porque saben que el poder de tratar bien a los demás, siempre se regresa.

En cambio nosotros los latinos somos más de "confianzas" en ese aspecto; y casi siempre decimos lo que sentimos, en otras palabras: "la verdad de lo que nosotros realmente pensamos que es verdad". Que lástima que no haya tanta gente que sea tan cortés como para tomarse el trabajo de mentir. Y sabes, que lástima, porque lastima.


¿Pero en realidad vale más la cortesía qué las mentiras? Cuando amamos a alguien, no podemos decir verdades como: -"No quiero ir de viaje contigo a Puebla, prefiero quedarme a ver TV o dormir y comer a gusto en mi casa con mis amigos"-. Más bien decimos cosas como -"Claro que me gustaría ir contigo a Puebla y estoy haciendo lo posible para ir, pero sabes por cuestiones de salud, tal vez no pueda ir". A está respuesta mentirosa se le puede llamar el secreto de la amistad duradera y la armonía sentimental.


Últimamente me he dado cuenta de ello. He hecho las dos cosas, decir la verdad, y mentir para preservar la amistad. Aclaro ambas cosas fueron hechas en relaciones de amistad. La primera tiene que ver, con decir la verdad. Un compañero me hizo la pregunta de cómo se veía. Era un día importante porque era la posada de la empresa. Y pues hay muchas personas que lo ven a uno. El iba de pantalón de vestir, de camisera y corbata. Pero con un suéter. Y pues le dije que era incorrecto el uso de eso en eventos con tanto protocolo- “Bueno a menos que quieras dar la imagen de un simple empleado -le dije- debes vestir bien, lo mejor que puedas en estos casos”. Y tristemente me di cuenta que toda la noche se estuvo sintiendo incómodo con lo que llevaba puesto. Y me pregunté ¿Por qué no pude ser más cortés y mentir? Porque en realidad, ese compañero tiene más cualidades, que ser un simple maniquí donde se pone la ropa.


Entonces decidí que era momento de ser cortés. En una segunda reunión navideña a la cual fue invitado por una amiga; me pregunto: ¿Oye qué tal se me ve el maquillaje, no me quedo muy exagerado? Por dentro pensé: "si mucho, pareces cabaretera. O si fuera una fiesta de disfraces ¿de qué vendrías? ¡Payaso!". Pero recordé que eso de la cortesía es importante. "Claro que te vez bien- sabes no te vendría mal que difuminarás un poco más los pómulos -le dije- y tal vez un tono un poco más claro de labial, ¿Sabes? pero de todos modos tu eres una persona con mucha personalidad, el maquillaje no es tan importante ¡diviértete!”.


No digo que mentir sea bueno y menos en cosas que afecten permanentemente a otra persona. La mentira daña a familias enteras cuando se trata de ocultar temas que interesan a todos, como ¿dónde guardo la abuela los centenarios? Y al morir ¿quién fue el que esculco primero la casa de la señora?


Así que si alguna vez tienes que decir una verdad que mate, tal vez es mejor no decir nada, o un "no sé". Y así convivir en armonía hasta las bodas de oro; y decir: "como ha pasado el tiempo, tantos años de felicidad". Lo que probará que conocer el arte de mentir preserva la integridad de las parejas; y porque no, hasta de las amistades. Sólo por hoy, se cortés, créeme el mundo de estos tiempos y en estas fechas lo necesita.