Llevame.

De regreso del trabajo hoy, venia en carro, traía las ventanas abiertas. El aire daba en mi cara, frió. El clima se siente ya otoño. En una esquina, se ven tres sombras como de niños, una se da la vuelta, y grita: "Por favor llevenos". Me quede mirando, era una niña y dos niños de secundaria que no alcanzaron camión. Y que al parecer no alcanzaban para un taxi, eran solo tres. Las diez marcaba el reloj.

Me dio mucha ternura, ya que me hizo recordar cuando yo era estudiante. Y a veces a la salida de la escuela por el Ojocaliente, no pasaba ningún camión. Y nos teníamos que regresar caminando. Cruzando Alameda, el centro, Guadalupe, Olivares Santana, y otras muchas otras colonias atrapadas en ese camino. Por que no traíamos ni para el taxi. Y solo eramos tres, Alejandro, La Doña y yo. Y siempre que decidíamos regresar caminado, el reloj marcaba las diez.

Como diría mi madre, esos eran otros tiempos. Y pues como el ejemplo arrasa, decidí hacer lo que ella haría. Me regrese, pregunte que es lo que pasaba, me dijeron que llevaban para dos horas esperando el camión y nunca paso. Comprendi que era cierto, y comprendi que con los $18 que llevaban en la bolsa todos juntos, no serviría.

Entonces hicimos cuentas cuanto necesitaban para llevar a donde vivían, o sea la España. Puse el resto que faltaba mas 10 pesos. Y vámonos, pararon un taxi se subieron, y nos despedimos. No sin antes pedirles que si ellos pueden regresar a alguien el favor, lo hagan.

No puedo dejar de recordar el grito de desesperación del niño, diciendo "Lleveme". Cuantas veces no hemos gritado nosotras mismos. Y desgraciadamente nadie viene en nuestra ayuda. Por que solo somos una sociedad que oye, pero no escucha. Y eso, es opción propia. Por que podría haber seguido mi camino, llegar a cenar y hacer como que no oí nada. Pero espero que ese escuchar me alláa dado la oportunidad de mejor este mundo.

¿Lo volvería hacer? Si, bueno al menos trataré por que todavía no es quincena y me queda menos de 50 pesos para estos días. Comeré, espero que si. ¿Estarán esos niños bien en su casa ahora? espero que mejor que yo, sí.

¿Lo harías tu? Espero que si.

Espero que recuerdes aquello que te limito, el hambre, la necesidad, el sueño, la fatiga. Y que recuerdes humildemente esos principios de ayudar a los demás. Por que ahora estamos tal vez un poquito más arriba. Pero tal vez un día no volvamos a tener nada. Y esas manos que ayudaste, tal vez te regresen un pedazo de pan.

Solo por hoy, ayuda por ayudar. No sabemos cuando y de que manera la vida te premie tu esfuerzo de hacer mejor el mundo que vivimos.