lunes, 16 de mayo de 2011

La muerte de un icono.




El día diez de Mayo, murió una de las personas mas importantes del barrio donde me crie. El nombre de referencia era "Doña Paulita". Ella era en vida una señora alegre, trabajadora, honrada, limpia y con una sazón exquisita. Su oficio era el de vender cena mexicana.



Vendía lo típico de un puesto de cena: Pozole, tacos dorados, enchiladas... y curtidos. Pero más allá de vender solo comida, también ofrecía un espacio para la convivencia familiar. Un lugar para salir a cenar con la novia o el novio, "allí cerca donde los papás los vean". Ofrecía tertulias interminables, lecciones de vida, y también consejos para el amor. Dentro de su casa, en donde debería estar el comedor; allí era el local.



Como toda persona que se digne de ser de respeto, ella no vendía carne roja los viernes de cuaresma. Los días festivos los descansaba. Por que como decía ella: "primero esta Dios y la familia". Era de esas señoras de abolengo ganado a experiencias de vida. Por que en su cocina, a lado de su fogón; podría estar cenando lo mismo que un licenciado o un albañil; lo mismo un doctor o un carpintero, lo mismo un pobre o un rico. Y a todos los atendía igual. Creo que esa era la grandeza de ella. Por eso la queremos y la respetaremos toda la vida.



Tenía treinta años vendiendo cena cuando se retiro, hace unos meses. Toda una vida. De hecho toda la que hasta ahora llevo viviendo. Yo no puedo hacerme a la idea de que en la calle Mar Cantábrico, ese foco que puso a fuera de su casa; para indicar que estaba abierto cuando estaba encendido; ahora nunca más se vuelva a encender.



No murió solo una señora, murió un icono del barrio, de mi infancia, de mi juventud, de mi vida de adulto. Por que allí fue mis primeras cenas con mi familia, por que allí fue mis primeras salidas con mis cuates de la Escuela Secundaria a cenar solos. Por que allí fue donde nos gustaba ir a mis mejores amigo y a mí a cenar. Por que allí cene con el amor. Por que allí, perdí al amor.



Dios bendiga el camino de todas aquellas personas que como "Doña paulita" abren la puerta a los samaritanos, y nos hacen parte de su vida, enriqueciéndola. Que difícil es creer que se haya ido un 10 de Mayo, pero ahora que lo pienso tiene sentido, personas como ella han hecho el papel de madre; al dar tantos años de cenar a muchos hijos, y en ellos me gustaría incluirme.



Sólo por hoy elevo una oración por el eterno descanso de la mujer, la compañera, y el icono.

1 comentario:

  1. yo...perdi a alguien muy parecido a ella, pero
    perdi a un gran icono, a mi amigo, mi compañero mi complice, mi amigo mi padre y mi abuelo...

    Yo solo sé, qe Dios les puso ese proposito en la vida, y que ahora qe no estan, lo qe aprendimos de ellos nos seguiran por el resto de nuestras vidas

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