Al tigre, al tigre..

El día de hoy, al bajar de un camión urbano en un conocido centro comercial del norte de la cuidad, me encontré con unas camionetas que jalaban remolques con jaulas. Grandes jaulas. De repente al principio de la carabana me encontré con una jaula que dentro llevaba un hermoso, imponente, tierno... tigre albino. Su pelaje blanco con negro, era tan lustre. De repente sin darme cuenta me fui acercado a su jaula. Lo estuve admirando, mi mano toco uno de los barrotes, al mismo tiempo el tigre salto hacia ella. No se si esperaba comida, atacarme o jugar. Pero fue una experiencia fuerte.

Al pasar esto, salí de mi hipnosis por ese animal, y empecé a caminar hacia atrás de los vehículos, para mi sorpresa había varios tigres mas, pero estos a diferencia del primero eran del tipo asiático, amarillos. Y también se les podía ver más viejos, grandes, experimentados, que el anterior. No podía de dejar de pensar en la belleza y en su estado salvaje. Salvaje, que como tal, no reconocen dueño, solo se reconocen a si mismos, y a veces a los de su especie.

Pero algo me conmovía de ellos, me conmovía su estado de prisioneros. Por que aunque no lo parezca yo creo que todos tenemos tigres dentro de nosotros, pero tigres en jaulas. Hay ocasiones que les ponemos nombres, dependiendo del grado de convivencia con ellos. Hay veces que tenemos tanta preocupación por los barrotes tan separados de las jaulas, que solo les tememos, pero no podemos ni voltear a verlos. Hay ocasiones que les tenemos tan domesticados que hasta los abrazamos, aun sabiendo el daño que nos pueden hacer.

¿Qué si tienes nombre? Claro que tienen nombre algunos les llaman, MIEDO, AMISTAD, TRABAJO, ESTUDIO, en fin son todos y cada uno de las cosas que en esta vida son necesarias, bellas, encantadoras... pero también peligrosas si no les tomamos las debidas precauciones.

Unos de mis tigres favoritos es el AMOR. El mio es una clase de tigre albino, muy exótico, de un ojo verde y otro azul, con una hermosa facción, con una ternura, con una entrega... pero también con una forma de amar cazadora. Por que le gusta analizar, perseguir, cazar, y al parecer después matar, con el fin de consumir, extinguir, saciar.

Por el momento, estoy en la función de circo nuevamente. Pero esta vez no entre como la anterior, solo con mi cuerpo. Ahora entro con conciencia, y una silla. La de la paciencia. Por que se que los tiempos son importantes. Por que la ultima fue la que me enseño a saber que las cosas no deben de ser forzadas. Y esta vez no le dejare la puerta abierta al tigre; solo saldrá a las funciones en las que sea requerido.

Antes andaba por el mundo de la mano del tigre por todas las partes de mi vida. Y cuando el tigre decidió atacar me di cuenta que estaba tan sumergido en tantas cosas de mi vida, no podía ahora el negarle, muchos sabían que era mio. Por que todos sabían que yo fui el domador. El domador, que fue domado.

Solo por hoy, entro a la jaula, y nuevamente siento mariposas en el estomago. Otra vez quiero intentar entrar a jugar con el, a reconocernos uno al otro. En un espectáculo social, en donde solo triunfa aquel que domina al tigre. Aquel que lo hace saltar por el anillo del fuego, llamado compromiso. Pero recuerda que eso lleva años de entrenamiento, entendimiento, complicidad, paciencia,...

¿Estas dispuest@ a intentarlo? Solo por hoy intentalo. Y ponle nombres a tus tigres.. tal vez solo así puedas enfrentarlos, dominarlos, respetarlos, y quererlos como una parte de ti, donde no te afectan, pero al contrario, te hacen fuerte. Por que ahora puedes actuar con ellos ante la sociedad no como miedos, sino como fortalezas.